Sustituir puertas como inquilino

Algunos caseros prohíben el clavo en la pared, otros se muestran más bien relajados con los cambios importantes. Como inquilino, ¿puedo simplemente cambiar las puertas? Puede averiguarlo aquí.

Has encontrado un piso precioso que sólo tiene una pega: Las Puertas de madera no dejan pasar la luz de una habitación a la otra, por lo que el piso parece mucho más pequeño y estrecho de lo que es en realidad. ¿Qué hacer? Las puertas de cristal serían ideales para dejar pasar la luz y ampliar visualmente el piso. Además, mejoraría la sensación de espacio y la calidad de vida . O bien: necesita un despacho en casa y le gustaría añadir una puerta a una alcoba ya existente para poder trabajar allí tranquilamente. También en este caso, una puerta de cristal sería la combinación ideal de intimidad y luz. Pero: ¿está permitido?

En cambio, retirar una puerta antigua y colgar otra que le guste más en el marco existente no supone ningún problema. Puedes guardar las puertas viejas en el sótano, por ejemplo, y volver a colocarlas cuando te mudes. Tampoco hay problema en cambiar el marco y la puerta. En cualquier caso, habla con el casero. Si exige que todo esté exactamente igual cuando te mudes, debes respetarlo y restablecer el estado original.

En general, se aplica lo siguiente: para las llamadas reparaciones cosméticas y también para cocinas empotradas, lámparas, armarios empotrados, camas en altillos y puertas interiores, no necesita el permiso del propietario. Sin embargo, en el caso de las puertas interiores, se aplica la siguiente restricción: "...siempre que no se realicen modificaciones estructurales". Por lo tanto, no está permitido tapiar los huecos de las paredes o los portales ni cambiar la ubicación de la puerta sin el consentimiento expreso del propietario.

Si el arrendador no sólo está de acuerdo con el intercambio de las puertas, sino que incluso lo aprueba y desea expresamente, usted no sólo puede intercambiar las puertas, sino también compartir los costes con el arrendador (por ejemplo, en forma de un alquiler temporalmente más bajo o un pago de amortización cuando se mude). Por último, el propietario también se beneficia de un piso bonito, luminoso y visualmente grande cuando lo realquila o en caso de uso propio. En caso de gastos compartidos, un contrato de renovación puede tener mucho sentido.